jueves, 12 de noviembre de 2009

La mano de ella en el pecho de el. El bello de éste hace su trabajo. La piel sobre éste ultimo, hace su trabajo, la piel, al costado, adelante, entre, por todos lados. Hizo su trabajo, su sonrisa de amanecida. El cuerpo de el, el cuerpo de ella, donde se suponía, cuando se suponía. Bajos. Horizontales. Para siempre, hasta que se termine.


Se quedó él. Entre mis dientes, bajo mis uñas, en mis pestañas, en el pecho, sobre la piel, bajo la almohada, entre mis piernas.  Me lo tragué, para siempre, hasta que se termine. Lo quedé adentro, lo quedé. Se quiere salir, y me hace doler.




















Todas las noches sin vos son una verdadera bosta. Manejate.

3 comentarios: