lunes, 16 de noviembre de 2009

¿Quién te pensás que sos? Comiendo fideos con cuchara, tomando té en un plato hondo, con todas tus teorías de estados transicionales, no sabiendo si optar por “escaparte” de tu jaulita sin candado, o por permanecer en la postura de ameba de sofá hasta que las piernas se te confundan y se olviden de cómo era vivir perpendiculares al piso.

¿Vos te viste al espejo?¿ Te sentiste el aliento a cadáver de insecto? ¿Vos te escuchaste hablar? ¿Cuántos colores te creíste que tenías? Tu cabecita está llena de telas de arañas que se te escaparon por las orejas y la nariz, por el olor a descompuesto que se embolsaba bajo las meninges. Tu casa es el tupper abandonado en el fondo de la heladera, enmohecido; tu piel, de pescado frito. No me banco que te vivas auto plagiando, ni tu concepción del romance sacada de un bombón dos corazones.


Tomate un bondi y rajá de acá, Elena.

2 comentarios:

  1. Hablarse, putearse, tocarse, amarse. Es todo parte de lo mismo: Decidirse.

    ResponderEliminar
  2. Coincido con mademoiselle Romero. -la otra Romero.

    ResponderEliminar